Veo rostros fingiendo sonrisas, falsa amistad y cariño.
Y a mi espalda los oídos me sangran.¡Qué momento para notar que sus caretas se van cayendo!
Era de esperar que esos ojos ya veían venir la tormenta.
Auguraban malos tiempos con un sonrisa de lado, esperando cautelosamente señalar al culpable.
¿Pero qué tan culpable es quién nunca traicionó?
Caen dardos llenos de injusticia y envidia juzgando al herido.
¡Las caretas han caído!
¡Las caretas han caído!
¡Las caretas han caído!
Y solo queda mirar qué tan falsas han sido.